Un año para cambiar el mundo

Arranca el 2013 y siempre es una hoja en blanco para proponernos nuevos objetivos, armar proyectos y decir en voz alta deseos que esperamos podamos cumplir con el correr de los meses.

Pero este calendario sin estrenar, también nos da la oportunidad de salirnos de la lógica con la que encaramos el 2012 y tratar de ver las cosas desde otro lugar, con ojos más positivos, más esperanzadores. Para eso siempre es saludable poner las cosas en perspectiva, mirar en qué situación están las personas a nuestro alrededor, cuáles son sus problemas y padecimientos, de qué manera los encaran y resuelven. En conclusión, mezclar y volver a repartir las cartas de nuestra vida para poder encararla y disfrutarla con más paz, amor, generosidad y goce.

En general llegamos a fin de año tapados de preocupaciones, compromisos y bastante encerrados en nosotros mismos. Manoteando los restos de energía que nos quedan para poder llegar hasta el 31 de diciembre con vida.

Por eso una vez pasada la euforia de las fiestas, cuando ya tuvimos unos días de descanso y la cabeza está más relajada para empezar el año, es un buen momento para sacar la cabeza de nuestro ombligo y empezar a soñar a lo grande.

Mirar a nuestro alrededor, empatizar con lo que le está pasando a nuestros vecinos, conocidos o amigos, comprometernos con su realidad social y con la misión de mejorarla. En definitiva: SOÑAR CON CAMBIAR EL MUNDO. Pero no el mundo a lo grande: no vamos a terminar con el hambre en la Argentina ni en la ciudad de Buenos Aires, pero sí podemos ayudar a que un jóven termine sus estudios universitarios, o que un jefe de familia consiga un trabajo digno, o que una madre aprenda un oficio, o que un barrio consiga instalar la red de agua potable … todas estas acciones son las que llevan adelante infinidad de fundaciones en nuestro país. Sólo hace falta que nosotros nos sumemos para colaborar.

Para que tengan algunas ideas concretas, acá les comparto una iniciativa de mi amiga Belén Quellet con propuestas sobre lugares con los que pueden colaborar.

También, les comparto este video que estuvo circulando para las fiestas sobre una ONG paraguaya llamada SONIDOS DE LA TIERRA, a través de la cual el director de orquesta Luis Szarán, enseña música clásica a chicos de muy bajos recursos pero que además utilizan instrumentos que confeccionan reciclando los desechos de los basurales. Mírenlo porque realmente vale la pena.

El trabajo de esta ONG es otro ejemplo de cómo cambiando la mirada sobre algo tan común y poco valorado como la basura, se puede hacer algo increíble como instrumentos de música que después son la puerta de salida para que muchos chicos tengan otro futuro, socialicen, mejoren su rendimiento escolar y conozcan el mundo ….

En nuestro país existen muchas organizaciones que utilizan el arte para integrar a las poblaciones vulnerables: está el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles, Crear vale la pena, la Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social, El Culebrón Timbal, entre otras.

Pero cada uno tiene que encontrar cuál es la temática social que lo moviliza: niños, ancianos, apoyo escolar, personas con discapacidad, deporte e integración y aportar desde ese lugar. Aprovechá las energías de este nuevo año para COMPROMETERTE.

 

Enterate más en este post de El Vaso Medio LLeno: http://ow.ly/gy2hC

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